Naturaleza y tipología del sector
A partir de la división clásica de las actividades económicas en tres sectores, el sector terciario engloba aquellas actividades que no encajan dentro de los otros dos sectores económicos (agrario e industrial).

Por lo tanto, es un sector cuya característica principal es su heterogeneidad. Por este motivo ha surgido el término de terciario «decisional» o «avanzado», o incluso de sector «cuaternario», para referirse y diferenciar a los servicios que requieren un mayor grado de cualificación.

Actualmente, dentro del sector servicios se pueden diferenciar cuatro tipos principales:

Los servicios de distribución. Ponen en manos de la población los productos que consume. Es el caso del comercio y los transportes.
Los servicios a empresas y la banca. Tienen como principales clientes a todo tipo de empresas, a las que facilitan su funcionamiento mediante concesión de créditos, asesoramiento jurídico fiscal, contratación de seguros, diseño, etc.
La Administración Pública y los servicios sociales. Incluyen todas las actividades financiadas por el Estado, destinadas a regular el funcionamiento de la sociedad y a mejorar la calidad de vida de la población: educación, sanidad, etc.
Los servicios personales. Son los que intentan cubrir demandas de la población en aspectos tan variados como la hostelería y el turismo, los espectáculos, las reparaciones de vehículos y el cuidado personal, entre muchos otros.


SECTORES TERCIARIOS


El sector económico que se dedica a la prestación de servicios a las personas y a las empresas de tal manera que puedan dedicar su tiempo a trabajar o al ocio, sin necesidad de hacer todas las tareas que requiere la vida en una sociedad desarrollada.

El sector terciario se dedica, sobre todo, a ofrecer servicios a la sociedad, a las personas y a las empresas. Lo cual significa una gama muy amplia de actividades que está en constante aumento. Esta heterogeneidad abarca desde la tienda de la esquina, hasta las altas finanzas o el Estado. Es un sector que no produce bienes, pero que es fundamental en una sociedad capitalista desarrollada. Su labor consiste en proporcionar a la población todos los productos que fabrica la industria, obtiene la agricultura e incluso el propio sector servicios. Gracias a ellos tenemos tiempo para realizar las múltiples tareas que exige la vida en la sociedad capitalista de consumo de masas: producir, consumir y ocupar el tiempo de ocio.

El sector servicios aumenta progresivamente con el desarrollo de la sociedad capitalista. Durante el Antiguo Régimen era muy escaso, reduciéndose a las ferias locales, la Administración del Estado y poco más. Comienza a aumentar con los inicios de la revolución industrial, y con la concentración de la población en las ciudades, que hace aparecer en ellas las tiendas permanentes, los servicios bancarios, etc. Además, la Administración del Estado se vuelve más compleja. Se tiende a mejorar la gestión y distribución de los bienes, pero el aumento espectacular se da tras la segunda guerra mundial y el desarrollo del Estado del bienestar. Actualmente es el sector que más contribuye al PIB y el que más población activa ocupa, llegando hasta el 90% en países pequeños y ricos, como Luxemburgo o Bélgica.